Catalina Peña-Guillén
Arken
Musseet, Copenaghe, noviembre de 2013.- Hoy los corredores del Arken huelen a mole, tequila y mariachi. Al avanzar por sus salas, crece la expectación por llegar a la sala en donde se exponen los cuadros de la mexicana Frida Kahlo. La fuerza
de su personalidad comienza a sentirse desde que se mira una fotografía suya en la entrada del Museo.
El mundo de Frida es diverso, de lecturas varias. Los mitos sobre sus pinturas y sobre
su vida se dan por sentados. Pero al avanzar por el salón, la mente comienza a vibrar con las expresiones que contienen los cuadros de la Kahlo, un sin número de sentimientos se aglutinan... Al girar la cabeza, sus vestidos aún desprenden
su energía, entonces, el ambiente es más propicio para mirarse a través del mundo íntimo y subjetivo de Kahlo.
En el mundo del arte, Frida marca una nueva tendencia con
su autorretrato, la gente se identifica con su dolor. Frida se vuelve uno con todos, ella representa esa parte sensible y a la vez fuerte que todos tenemos. Entre los vivos colores de sus vestidos, es posible sentir el poder de su revolución social
plasmada en sus cuadros. Quien como Frida expresa en sus obras, la queja y el dolor de las vivencias de una mujer mestiza dentro de la sociedad mexicana de principios de siglo XX.
La trascendencia
social de las obras de Kahlo es fundamental, con esa energía de mujer nos transporta a nuestros más íntimos miedos y gozos. Sus dibujos contienen sin tabúes y sin prejuicios los pensamientos más íntimos, a la vez que
éstos ocasionan que todos puedan identificarse con sus pinturas, es entonces cuando los mitos sobre Kahlo desaparecen, y es posible acercarnos lentamente a su psicología, e identificarnos plenamente con los símbolos, colores y expresiones
de sus obras.
Al ver la bañera y sus muletas, se siente nostalgia y dolor. De pronto, la fuerza y el poder de la artista nos inundan nuevamente al contemplar sus obras, es allí cuando
la esperanza surge dentro del laberinto de nuestra mente, y se con entera convicción se cree que: ¡todo es posible!
El cuerpo de Kahlo se rompió, un 17 de septiembre de 1925.Precisamente
son88 años de su gran tragedia. Un tranvía de su ciudad natal México, colisionó con el autobús en el que viajaba. Como resultado su columna vertebral se dividió en tres sitios, también sufrió la rotura
de la clavícula, tres costillas, la pierna y el pie derecho, junto con una triple factura en la pelvis que le impediría ser madre.
Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, nació
en la Ciudad de México, un 6 de julio de 1954, hija de William Kahlo, un alemán descendiente de judíos húngaros, y de la mexicana Matilde Calderón y González, de ascendencia española e india. Cuando tenia 6
años sufrió de poliomielitis, tal vez fue un presagio al dolor físico que le esperaba.
Frida viviría la mayor parte del tiempo en su famosa “Casa Azul”, que
fue el escenario de sus vivencias, muchas de las cuales se desarrollan dentro de las cuatro paredes de su habitación y sobre la cama que llevaría hasta su sepultura. Este encierro hizo que Kahlo haga de su vida una obra de arte.
Poco a poco, la enfermiza y dolida Frida dio paso a la Frida poseedora de ideales y de sus propios puntos de vista políticos. Desde sus limitaciones físicas, Frida se convierte en un símbolo
de la protesta social y del avance del socialismo en México. Es la primera artista mexicana que expresa sus vivencias personales y emprende una lucha social.
Aunque Frida, sostenía
que su pintura no era tan trascendental para la revolución porque más se dedicaba a si mismo, en este sentido, Frida decía: "Lo único que sé es que pinto porque lo necesito.”. "Yo pinto mi propia realidad….Yo
pinto lo que pasa por mi cabeza sin ninguna otra consideración. “.”Pinto autorretratos porque estoy sola muy a menudo, y porque soy la persona que mejor conozco. ““He pintado mis cuadros bien, no rápidamente pero pacientemente
y llevan un mensaje de dolor. " "No estoy enferma...estoy rota...pero estoy feliz de estar viva mientras pueda pintar. "
Sin pretenderlo, desde su interior, Frida emprende su propia revolución
con tintes sociales. La escisión que representa en su cuadro titulado “Las dos Fridas” (1939), finalmente da vida a la Frida mexicana, quien vive la identidad de su país de una forma única. Kahlo, no únicamente se apega
al lado precolombino, sino en si se vuelve un ícono de identidad nacional, más que una simple demostración folklórica. Hoy por hoy, admirar sus obras, es pensar en el arte mexicano, y en su influencia dentro del arte en Latinoamérica
y en el Mundo.